martes, 17 de enero de 2012

Carcajadas de prudencia

El sabor del agua, el olor de las cenizas,
cumbre de lamentos que no paraban de aparecer.
Vieja amargada, lo que te hacía no merecías,
fútil avaricia es pedir tu perecer.

Vida de mil muertes, dias de mil noches.
Adentro, la paz domina en su parcela finita,
parece que la vida no basta,
amordazada dejaste mi tinta.
Eres blasfemia de voces en armonía,
blasfemia irónica, como todo lo imperdonable.

Cadena de desgracias, ojos horror suspenso,
humor morado, cerdo ensangrentado.
Sonrisas fingidas,
bien practicadas por muñecas ultrajadas.

Fui tu ensayo, tu borrador.
Eres espíritu sin corazón.
Hoy río sin dolor,
carcajadas de prudencia.